Aprendiendo a Volar
El estanque guarda silencio,
pero algo despierta dentro del patito.
Ya no le basta flotar entre huevos y ladrillos rojos:
siente que el aire lo llama
aunque todavía no comprenda el idioma del cielo.
Bajo la mirada de figuras que observan sin moverse,
empieza el intento torpe, mágico y necesario:
aprender a volar
antes incluso de saber qué significa volar.

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