El Carrito de los helados
El carrito de los helados no siempre estuvo quieto.
Una mañana decidió moverse por su cuenta
y descubrió que el mundo era más raro de lo que imaginaba.
Entre bolas amarillas, bibliotecas imposibles
y brindis con desconocidos de sombreros puntiagudos,
sus aventuras comenzaron sin pedir permiso.
Este es solo el inicio de su camino rodante.

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