Zampabollos abre la puerta al Alba.


Zampabollos abre la puerta al alba y saluda al viento como si lo conociera. Da unos pasos, vuelve a su rincón y carga el macuto con un suspiro antiguo. La senda lo llama entre montes y ríos donde las piedras parecen recordar su nombre. Un oso juega en el agua plateada sin asombro alguno, como si lo esperara. Al final del día regresa a su cabaña antigua y sueña con la bola del alma dorada, esa que aparece solo cuando nadie la busca.

Zampabollos abre la puerta al alba y saluda al viento como si lo conociera. Da unos pasos, vuelve a su rincón y carga el macuto con un suspiro antiguo. La senda lo llama entre montes y ríos donde las piedras parecen recordar su nombre. Un oso juega en el agua plateada sin asombro alguno, como si lo esperara. Al final del día regresa a su cabaña antigua y sueña con la bola del alma dorada, esa que aparece solo cuando nadie la busca.
Zampabollos abre la puerta al alba y saluda al viento como si lo conociera. Da unos pasos, vuelve a su rincón y carga el macuto con un suspiro antiguo. La senda lo llama entre montes y ríos donde las piedras parecen recordar su nombre. Un oso juega en el agua plateada sin asombro alguno, como si lo esperara. Al final del día regresa a su cabaña antigua y sueña con la bola del alma dorada, esa que aparece solo cuando nadie la busca.

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